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2 de agosto de 2015

Carbonilla

No eres consciente de que serás pasto de las llamas hasta que prende la primera chispa al yerbajo de al lado. Ese olor a chamusquina que no es sospecha, sino certeza. Nada crepita como la hierba seca en julio. El estruendo de la pradera se ha cernido sobre toda la mata; ceniza a la ceniza y polvo al polvo. Elevemos una oración de dióxido de carbono y vapor de agua.