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9 de julio de 2013

No es la educación, estúpido


Durante treinta y cinco años de Democracia, España ha estado gobernada por personas que estudiaron con anterioridad a la LOGSE. La maltraída LOGSE. Durante esos años, el país ha experimentado un progreso social, cultural y económico. Y quizá político. Pero, realmente, ¿ese progreso se ha dado también en los últimos quince años?

Habrá quienes -como yo- tengan serias dudas sobre el proceso constituyente que nos trajo la llamada Transición, para otros, sin embargo, modélica, e incluso exportable como modelo a otras democracias recién creadas -o eso se ha escrito-. Empero, es raro encontrar desacuerdos sobre lo siguiente: los políticos que gestionaron ese tránsito durante los primeros años eran tipos honorables, en general, con eso que llaman sentido de Estado, y gestores capaces. Por supuesto, hay excepciones, salvando las afinidades de cada cual.

Aquellos políticos profesionales, no sé si con vocación o por cariño a su país, unas veces acertada, otras desacertadamente, se encontraron con una sociedad ilusionada, ávida de cambio, motivada.

Los políticos profesionales que vienen medrando en los últimos quince años, sin embargo, no cuentan con la misma aprobación. Esa desaprobación, ya sea fruto de una percepción generalizada, ya sea por hechos constatados, no sólo se debe a su inferior capacidad gestora, a su falta de sentido de Estado o a su escasa honorabilidad. También depende de quienes les desaprobamos (se supone que más formados que nuestros padres), pero no del todo. Me explico, si así fuera, también tendríamos potestad para desaprobar la acción de sus predecesores, y, no obstante, apenas se cuestiona. De acuerdo con que no es lo mismo hablar de Historia que hablar de presente, de lo que se padece en carnes propias. Pero, es tan inmediata esa Historia, tan causal de lo que nos pasa, que podríamos hacerlo. No, no van por ahí los tiros.

No es por las taras educativas o formativas de nuestros políticos profesionales de ahora ni es por la mayor formación académica de quienes optamos por votarlos o no. No es la educación, o no en su aspecto formal.



Indro Montanelli, en su célebre libro de la Historia de Roma, establecía el declive romano al final del período republicano, cuando la conquista de la Hélade insufló aún mayor pujanza en la aculturación helénica, tan admirada por los itálicos. Lo que, según Montanelli, conllevó el culto a las artes, en detrimento de la cultura para bellum que hubo aupado a la República. Pero, en esencia, describe una situación que se da cíclicamente antes de cualquier cambio estructural: la ciudadanía se relaja; cuando se producen acontecimientos importantes, no existe una conciencia social determinada a actuar al unísono, no hay reacción, sino reacciones lideradas por distintos reyes de Taifas.

Desde mediados de los noventa, nuestra sociedad se ha vuelto más pasiva; los políticos profesionales han contribuido a ello, pero nosotros, los políticos de la calle, hemos contribuido también desde la omisión de la ayuda... a nosotros mismos.

Y, si no, ¿por qué está Twitter a reventar de mensajes contra el Gobierno del Partido Popular después de la revelación de sus cuentas, y, sin embargo, las calles permanecen vacías?

No es educación, es falta de educación.

7 comentarios:

  1. Educación para la Ciudadanía ya!!!!!!

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  2. ¿Hubo aupado? El pretérito anterior sonaba antiguo ya en el siglo XIX.

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    1. Yo no se donde vives o con quién te relacionas pero yo escucho esa forma verbal casi a diario...

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  3. Aprovecho para poner este video sobre educación:

    http://www.teledocumentales.com/el-fenomeno-finlandes/

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  4. Quizás aquellos primeros políticos "profesionales" no eran profesionales

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  5. Debo confesar que andaba desconcertada con este blog. Una vez hablaba de educación, otra vez hablaba de política, otra vez hablaba de matemáticas... Con esta entrada lo acabo de comperender. No sabes cuánto te agradezco que compartas esas ideas. Estoy totalmente de acuerdo, la sociedada está catatónica. Aquí explota una bomba y la mitad ni se enterean.
    Una cosa, lo de políticvos profesionales lo comparto plenamente. Son profesionales porque se dedican a eso y cobran por eso. HAce 30, hace 20 años y ahora. Me gusta más que lo de "clase política"... Todos somos politicos.
    Gracias por recordarlo.
    Un saludo.

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