Nada
viaja más rápido que la luz y, sin embargo, hasta hace poco más de
un siglo aún se creía que algunas acciones podían ser causas de
fenómenos de manera instantánea. Así: aquí y ahora, ¡chas! Hasta
entonces podíamos creernos eso porque no era tan mala aproximación
de lo que hasta entonces observábamos. Pero ahora sabemos que se
produce cierto retardo entre las comunicaciones por satélite, por
ejemplo. La velocidad de la luz no es infinita.
La luz
del Sol tarda ocho minutos en llegar hasta nosotros (unas horas más
si es de noche; toda una vida si estamos en una celda de
aislamiento), pero siempre sale el Sol. Por Antequera o por donde
quiera, pero sale. Y con esa frase podemos ir al fin del mundo,
porque siempre sale. Y, más aún, puedes entender que de todo se
sale. ¿Cómo? No lo sé, pero se sale, como también sale el Sol.

Tan
pronto como te dispongas a soñar, amarra tu interior y no te dejes
seducir por el reverso tenebroso de tu mente.
Deja
para otro momento tus proyectos, tus ilusiones, así como tus buenos
recuerdos y tus aprendizajes. Nada de eso vale ahora. Desde este
instante estás vinculado al poder de la hora. Que no se te olvide.
Sincronicemos
nuestros relojes.
Te has
entretenido leyendo este articulillo, llegas tarde y no tienes
excusa. Estás en manos del poder de la hora. No importa cuán larga
sea la espera de quien cuente contigo a la hora convenida, vas a
llegar tarde y eso siempre merece un reproche. Pues nadie está
obligado a perder su tiempo, sus preciosos “ahora”. Pero, como
buen ahorista que eres, sabes que lo puedes compensar con un
certero: “Tranqui, que de todo se sale”, o con un: “Siempre
sale el Sol”. El presente es lo único real: olvídate de las
causas y de las consecuencias y, como puedes suponer, olvídate del
resto de la Humanidad. Piensa en tu yo (no en mi tú). Eres lo más
preciado que tienes, cualquier libro de autoayuda te lo dirá.

Ahora ya
puedes descansar, ya conoces el verdadero poder de la hora. Tú eres
el dueño de tu destino. Y tu destino es ahora. No lo olvides, o,
mejor, olvídalo, porque no tienes que pensar en nada ni recordar
nada. No proyectes, sólo sitúate, y disfruta. No hay nada más, lo
demás son pamplinas. Porque, todo esto es ciencia, de la buena, de
la que no puedes prescindir, porque, aunque la velocidad de la luz no
sea infinita, la luz es infinita en ti desde que eres consciente del
poder de la hora.
Ahora.
PD:
Estimado lector, esta entrada forma parte de un experimento mental.
No trate de repetirlo en casa sin la ayuda de un gurú autorizado y
con un reloj debidamente homologado.
JOJOJOJO!!!!!
ResponderEliminarEs buenisimo el post. Seguro que al mismisimo Eckhart Tolle le hace gracia. Menos mal que he llegado a la psdata
Te has hartado de soltar frases sin sentido, ¿estarás agusto ahora no?
ResponderEliminar¿A gusto? No lo sé. En realidad, seas quien seas, puedes leer el siguiente post ("Vitaminas añadidas") y juzgar por ti mismo:
Eliminarhttp://misterioeducacionyciencia.blogspot.com.es/2013/09/vitaminas-anadidas.html
Un saludo
- ¡No me nubles, entelequia discordante!
ResponderEliminar-Qué, ya se te han acabado las vacaciones, ¿no?
-Fuera de aquí, disonante carcundio!
-Osti tú, que además estás en el ERE del mes que viene!
-Jo, pues sí.
¿Tolle y el vivir el ahora? ¿Carpe diem? Pues depende. Porque si el ahora es muy malo es mejor vivir con la esperanza de que el fúturo sea mejor. He dicho. Luis M. Pousa.
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