A
punto de dar la primera vuelta al Sol y la casa sin barrer. Los
criterios para la publicación en este blog se han ido adaptando a
diversas cuestiones y por eso no ha cabido todo. Uno no es escritor,
pero escribe, sin arte, pero con ganas de compartir las ideas que van
surgiendo. Y no todas caben; el tiempo es el que es y las
prioridades, también. Así que, antes de barrer decenas de textos en
potencia, pasaré a enumeraros diez motivos (al menos diez) que me
animan a seguir escribiendo por aquí.
- Me siento mejor compartiendo ideas. Como imagináis, es una decisión genuinamente personal. Por tanto, puedo hartarme de recomendárselo a todo quisqui, pero cada cual puede escribir o no escribir, compartir lo que escribe o no compartirlo, contarlo oralmente o no contarlo... Pero a mí me hace sentir mejor.
- Creo que lo publicado ayuda a otras personas (lo cual me hace sentir mejor). A pesar de que he escrito a favor y en contra de diferentes opciones, con más o menos controversia, creo que contribuye a enriquecer incluso posturas enfrentadas. No siempre lo he hecho con esa intención (pues a veces uno es de ideas fijas, qué se le va a hacer), pero me consta que así ha sido. He procurado dejarme llevar por esa utopía del bien común porque sigo creyendo en ella, y sigue siendo uno de los propósitos del blog.
- No concibo educación sin ciencia. Ya he dejado claro en más de un post que la educación no puede ser una ciencia (no al menos en el sentido del Círculo de Viena). Pero los docentes (yo lo soy) no podemos desligarnos de nuestro compromiso con los alumnos que, por lo menos, entiendo que supone esto: retomar los conocimientos cotidianos del alumno y exponerle al conocimiento objetivo (y compartido), fruto de la ciencia y de otras disciplinas que asientan la cultura de nuestra sociedad. La ciencia no lo abarca todo, ni es determinista, pero supone el máximo exponente del conocimiento. La sabiduría llegará con el tiempo.
- La realidad sigue siendo un misterio. En un esfuerzo por superar una visión únicamente empirista, con la edad uno se da cuenta de que algunas verdades no eran tales y que otras dependen sólo de uno mismo. Pero, lo más sorprendente, lo que más anima, es seguir descubriendo. Porque creo que es lo que verdaderamente nos distingue de otros bichos: querer aprender. Ni la educación se acaba nunca, ni la ciencia descubrirá nunca todo, afortunadamente. Por eso sigue siendo un misterio que haya un Ministerio de Educación y otro de Ciencia, así, por separado.
- Ni todo es educación ni todo es ciencia. Existe algo que llamamos vida y que muchas veces se escapa a la educación y a la ciencia. Por eso quien escribe esto lo hace de vez en cuando sobre otras cuestiones. Tienen que ver con la educación y con la ciencia (como todo, si nos ponemos así), pero cogiéndolo con pinzas. Por supuesto que el eje conductor del blog son las inquietudes de servidor, pero casi siempre desde mis vivencias. Y más cuando más nos alejamos de lo académicamente correcto. Cuestión de oxigenación, que parece que a algunos lectores tampoco les parece mala idea.
- No siempre hay oportunidades para comunicarnos. En mi vida cotidiana tengo ocasiones para conversar de muchos y variados temas. Sin embargo, casi nunca hay ocasión para profundizar como me gustaría en algunas cuestiones. Precisamente el blog no es más que un medio de información, no de comunicación, pero nos ayuda a construir conversaciones más claras: ordenación, relación y exposición de ideas, no solo para mí, sino para quienes entramos en contacto (a través de los comentarios aquí o en otros portales de la Red, o a través del día a día del mundo físico).
- Quiero un entorno mejor. Un chiste muy viejo decía: “¡No queremos medio ambiente; lo queremos entero!”. Mi entorno es social también y quiero vivir en una sociedad con un clima social mejor: con más sonrisas, con más empatía, con más solidaridad... Y, como creo que es posible, en ello seguiré.
- Todos mentimos, pero algunos lo hacen a mala hostia. En este año he incorporado la palabra “magufo” a mi repertorio. Contaba ya con su significado, pero me parece magnífica para señalar a las personas que son capaces de vender a su madre por un puñado de euros o por un puñado de votos.
- Quiero influir. Sí, no debemos dejar de participar en democracia, al menos mientras nos permitan seguir haciéndolo. Es nuestro derecho y nuestro deber como ciudadanos miembros de una sociedad a la que pertenecemos nos guste o no. Este blog forma parte de ese derecho y, para mí, de ese deber.
- … ¿ ?
En fin,
creo que el décimo motivo lo tendréis que añadir vosotros. Digo yo
que, entre las cien mil y pico visitas, alguno de vosotros podrá
añadir algo, ¿no? Bueno, ahí tenéis el espacio para escribir
vuestros comentarios. Porque, aunque no sea un motivo del blog, sí
es un motivo de este post: ¡GRACIAS A TODOS!