Una manzana, un café con leche, una tostada con mermelada, y a trabajar. De camino en el coche, suena la radio de fondo: a veces música, a veces tertulias. A veces escucho, a veces oigo, sin despegar los ojos de la carretera que me lleva al colegio. Entro en una ciudad tomada por humos y conductores con la mirada perdida en el parabrisas. Semáforos, rotondas y peatones a la carrera: madres con pequeños tropeles de niños tirando de carteras, con más ruedas —la vida parece ir sobre ruedas—. Me desvío por una calle a la derecha. Está colapsada: varias decenas de coches en doble fila; las familias que esperan hasta que el colegio concertado abra sus puertas. Han venido de todos los puntos de la ciudad; todos los alumnos lucen uniforme y ninguno es negro, ninguno es gitano, ninguno parece magrebí, ni latinoamericano...
Por fin encuentro aparcamiento, en la calle perpendicular a la que he entrado, donde apenas hay coches en doble fila. Los pasos de cebra no cuentan con ningún policía municipal, y las madres cruzan la calle dando la mano a sus hijos: los niños que siguen tirando de mochilas con ruedas.
— Buenos días, Jose
— Buenos días, Raluca
— Buenos días, profe
— Buenos días, Karim
— ...
Mi colegio es público. 3 de mis 24 alumnos son hijos de españoles. En nuestra clase se habla español, pero cuando juegan o trabajan en pequeños grupos, también se hablan en rumano, en árabe o en polaco. Sí, también en inglés. Aún no saben leer, pero no se cansan de buscar las vocales que van aprendiendo: «Mira, una 'o'». No paran de preguntar: «¿Qué pone aquí, profe?», «¿por qué tienen plumas las palomas?»... Algunos han cumplido 5 años, otros los cumplirán en diciembre. La mayoría es capaz de rellenar la serie numérica entre el 1 y el 6, pero algunos solo saben hacerlo añadiendo una bola de plastilina más a la colección anterior. En este curso ha entrado una alumna cuyos padres son chinos. Después de insistirles, su hija viene con regularidad y ya comprende mejor el español; el logro se lo debe a sus compañeros, con los que juega y participa en igualdad.
Mis compañeras son unas profesionales como la copa de un pino: luchan por todos y cada uno de sus alumnos, tienen en cuenta la personalidad y la capacidad de cada uno, les observan sistemáticamente y mantienen un trato muy cordial con sus familias. Y, desde luego, saben mucho y saben enseñarlo. Lo hacen porque creen en ello, cumplen con la burocracia aunque no crean tanto en ello, pero son funcionarias y saben que sirven al Estado, que somos todos.
Las etiquetas son generalizaciones, de acuerdo. Como mis compañeras, tampoco creo en las etiquetas, pero, desde luego, luchamos por el progreso de nuestra sociedad, creemos en la bondad humana y en la igualdad de oportunidades, y por eso también apoyamos a los más débiles. No somos santos y algunos incluso somos ateos. Somos de izquierdas porque queremos una escuela pública de todos y para todos, para la vida y por la vida*.
Nuestro "museo bichero" |
* Interpretación del lema de la institución École de l’Ermitage, la famosa «École pour la vie par la vie» (Escuela para la vida mediante la vida), fundada por Ovide Decroly.
"Si sois profes, sois de izquierdas". Claro. Si no eres de izquierdas, no eres un profe.
ResponderEliminarEres un fascista de mierda.
Matizo: Si no eres de izquierdas no deberías ser profesor. Alguien que no respeta y alienta la diversidad, no debería trabajar en este sector. Por cierto, busca la palabra "fascista" en el diccionario, anda, que te veo un poquito desorientado...
EliminarLos comentarios en un blog deberían aportar, construir, no descalificar. Pero como esto es internet desde el anonimato hay mucho valiente descerebrado cobarde con nada que aportar y mucha ignorancia que demostrar.
EliminarEl titulo del post simplemente dice que él es profesor y además es de izquierdas, no veo cual es el problema. A partir de ahí comparte una experiencia y su enfoque de izquierdas basándose en esa experiencia.
A mi personalmente me parece una experiencia muy interesante y valiosa, no soy profesor pero he sido voluntario en varias ocasiones y he de decir que los niños que conviven con niños de otros países y culturas aprenden muchísimo, socializan e interiorizan valores como el respeto, la solidaridad y la riqueza de otras culturas, siempre y cuando no estén previamente condicionados por una visión cerrada en la forma de relacionarse. Ahí radica la importancia del profesor, en mi opinión.
De esa forma se evita que generemos monstruos guiados por el miedo que se transforma en racismo, homofobia, comportamientos sexistas y en definitiva intolerancia y odio a lo desconocido, ignorancia.
Nunca había entado en este blog pero me ha encantado tu relato, enhorabuena y gracias a ti y a tantos profes que hacen de esa profesión algo tan digno y valioso, contribuyendo enormemente a formar personas y construir una sociedad un poquito más justa, solidaria e inclusiva.
P.D: un servidor también es de izquierdas, concretamente militante del P.C.E y sin miedo a dar la cara, respetando a los demás y sus opiniones, pero nunca a descalificaciones y ataques.
Y tu, anonimo, eres un maleducado.
ResponderEliminar"Mi colegio es público. 3 de mis 24 alumnos son hijos de españoles" . Esto es el motivo por el que los españoles de bien no llevaremos jamás a nuestros hijos a esos estercoleros humanos llamados escuela pública.
ResponderEliminarPara mí el verdadero estercolero humano de hoy en día es la mentalidad derechona, retrógrada y fascista que hay en este país. Como la tuya. Pero tú quién te crees que eres? Te crees mejor que un inmigrante? Por qué? Me das mucha pena.
EliminarPunto 1: Ojalá te quedes sin trabajo y te toque irte a otro país en el que piensen de tí lo mismo que piensas tú de los que han tenido que venir aquí buscando una vida mejor.
Punto 2: Has de saber que los profesores de la pública tenemos una durísima oposición, que en realidad se llama Concurso-oposición, por lo que para aprobarla, o simplemente para empezar de interinos, debemos tener una formación bestial. Así que te puedo asegurar que la Enseñanza Pública le da cien mil vueltas a la privada y la concertada, cuyo requisito para entrar ahí es uno llamado "amiguismo".
Punto 3: Me parece genial que tú, como miebro de esa raza superior o élite a la que perteneces, lleves a tus retoños a la privada para que no se mezclen con la plebe y los eduquen en esos valores cristianos que le van a valer tanto como a ti, mucho me temo. Pero te lo pagas TÚ. Yo no tengo por qué pagarte un colegio concertado. Se un poquito coherente, y deja de aprovecharte del "pueblo llano" como yo.
Punto 4: Por cierto, toda mi formación fue en la Escuela Pública, tuve unos profesores excelentes que me trasmitieron entre otros muchos valores el no ser hipócrita como vosotros, y te puedo asegurartengo bastante de lo que sentirme orgullosa.
Un saludo.
¿Pero tú conoces el alcance de lo que acabas de decir? Nada más y nada menos que ¡"Estercolero humano"!
EliminarEn eso es en lo que queéis convertir la educación pública, pero no lo conseguiréis.
En las palabras que eliges está tu huella, y en nuestras acciones diarias el futuro.
Yo llevaré a mi hijo a la escuela pública , trabajo en ella, hasta los domingos. Porque en estos momentos, en vez de ir a misa, la defiendo de prepotentes , déspotas y xenófobos como tú.
Y en mi casa, además, le enseñaré a mi hijo que siento y MILITO en el odio hacia todos los de tu calaña.
Ya no digo, si eres un español de bien, pero, si eres al menos una persona de bien, que lo dudo mucho, pedirías disculpas a miles y miles de personas que trabajan y estudian en la escuela pública.
Eliminarpues tus hijos/as estarán bastante perdidos/As porque el mundo, querido, es global. Por cierto, es muy probable que tu descendencia tenga que trabajar en el extranjero, donde tendrá que aceptar la existencia de otras culturas y donde, muy probablemente, será mirada por encima del hombro de la misma manera que tú lo haces con los inmigrantes ahora. Para terminar, esos inmigrantes se van a comer con patatas a tu chavalería porque, mínimo, van a hablar dos idiomas. En tu pijo colegio, donde la formación suele ser bastante peor que en la pública, a lo mejor le enseñan a chapurrear en inglés.
EliminarAcabo de ver los comentarios: el primero insultándome (¿por qué?), y el tercero defenestrando a las personas que estudian o participan en la escuela pública.
ResponderEliminarNunca había tenido comentarios tan negativos. He consultado y, al parecer, puedo eliminarlos. Pero no voy a eliminar esos comentarios ofensivos porque quiero mostrar la cobardía de quien se esconde detrás del anonimato.
Saludo a ambos.
José Martín, no los borres, así esta persona, tras el anonimato queda definido él solito. Esta "ente" xenófobo, a pesar de haber estudiado probablemente en un perfectísimo cole de curitas o monjitas, no tiene la menor educación. Yo también soy profesora de la pública, y estoy de acuerdo con todo lo que dices. Hago todas las huelgas, llevo mi camiseta verde y soy de izquierdas, entre otras muchas cosas porque creo que la derecha es cruel y atenta contra los derechos humanos. Me dan miedo y repelús, porque su ideología roza peligrosamente el fascismo. Y me quito el sombrero ante gente como tú, que lucha por lo que es de todos y a pesar de eso gente como la de arriba desprecia. En fin, los mejores profesores? En la pública, que para eso hemos pasado una oposición. Punto.
EliminarJo, cuanta presión...La verdad es que los primeros comentarios estaban totalmente fuera de lugar...
ResponderEliminarYo creo con todas mis fuerzas en la escuela pública, pero también lo hago en la concertada, porque no creo que la educación deba ser algo de izquierdas o de derechas, ni de españoles o inmigrantes, ni de creyentes o ateos. La educación pública y la concertada (la privada que haga lo que quiera que para eso la paga quien quiere) deben ser para todos. He conocido profesores de la concertada que se han dejado la piel por sus alumnos y lo siguen haciendo. Y los valores cristianos que he recibido en la concertada no me han hecho ningún daño, eso sí tampoco han intentado nunca adoctrinarme.
Lo que sí me parece mal de escuela concertada se que sus profesores no salgan más a la calle a luchar por la educación pública, que en cierto modo también es la suya, porque la pagamos todos.
Lo que intento decir con este comentario es que debemos quitarle la parte política al debate de la educación, porque seas de quien seas, la educación pública es imprescindible y lo que están haciendo con ella debería parecerle mal a cualquiera, sea de la ideología que sea. No debe ser esto una lucha derecha Vs izquierda, sino una lucha de todos por la educación para todos.
Verónica, gracias por tu comentario.
EliminarLos docentes de la concertada también son docentes. Como en la pública, habrá quien le guste más o menos su profesión, pero, si han seguido ahí (antes de la crisis), en su mayoría es porque algo de vocación social habrán tenido. No creo en las etiquetas, aunque el título llame a eso. Precisamente, ese título está exprofeso para sacudir las conciencias en dos direcciones:
- Ni un partido político ni otro; sino el partido que tomamos día a día por todas las personas; no por unas más que por otras. No somos preceptores, sino educadores.
- La Educación se recoge como un Derecho Fundamental en nuestra Constitución (por eso se regula desde Leyes Orgánicas). Y, como tal Derecho Fundamental, no puede ser utilizado desde los grupos de presión que tratan de hacer una escuela exclusiva.
Nuestro compromiso profesional es de izquierdas.
Déjame terminar con un juego de palabras: NUESTRA ESCUELA ES Y ESTÁ COMPROMETIDA.
Un saludo
Hombre! nunca he hecho diferencia entre privada y concertada, atendiendo a que el tipo de gestión es el mismo, solo que unas reciben dinero del estado y las otres no.
ResponderEliminarY quizá pueda defender un sistema concertado cuando tengan una ratio de alumnos con dificultades especiales similar a la pública. De momento eso está muy lejos. Y la razón de ello es que el sistema este que tenemos está diseñado para que eso suceda, la escuela de las élites y la de la plebe, con toda la intención.
Respecto al tipo este de los comentarios trogloditas, no gastaría tiempo en responder.Si es que no se aguantan esos "argumentos". Eso sí: me parece bien dejar los comentarios sin borrarlos, para que quede retratado.
Y ya para acabar: el título para poder ser maestro o profesor es un requisito, no un mérito, que se exige tanto en la pública como en la privada. Y para los substitutos de la pública basta con apuntarse a una lista, en la privada/concertada al menos hay una entrevista y mostrar un currículum.
José: acabo de descubrir tu blog, y me ha gustado el artículo. Seguiré leyendo.
El último párrafo de tu respuesta es una absoluta mentira. Espero que lo sepas y lo corrijas, a menos que hables desde la ignorancia o la absoluta mala fe.
EliminarJoan me par<ece que no conoces el sistema para <entrar en las bolsas de trabajo de la Educación pública. Antes de hablar inf´rmate, por favor. Y rectifica lo dicho pues es mentira.
EliminarSin ser ni de izquierda ni derecha, pero creyendo en la escuela púplica y en sus docentes, es una lucha continua donde por encima de todo, hacen que los niños sean personas, quizás adquieran menos conocimientos que en las privadas, pero lo más importante es que vayan a donde vayan tengan ese sentido de solidaridad y un saber hacer entre todos.
ResponderEliminarEn cuanto a los dos primeros comentarios, de que le sirven llevar a sus hijos a unas privadas cuando dentro de casa no tienen educación ninguna, ya que por lo que escriben se nota que carecen de esa virtud; los hijos de estos señores podran ser mçedicos, ingenieros.....pero sin educacíón que es el pilar fundamenta para sus vidas personales y para la sociedad.
Mi apoyo a un magnífico post que marca las diferencias entre las racionalidad y la barbarie, como se ve por algunas respuestas. Es un placer leer como la escuela pública sigue siendo la única que atiende democráticamente a toda la población sin distinguir raza, color, creencias, etc. etc. Y esa es la escuela que seguiremos defendiendo.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo contigo, Nacho, como madre de hijos que van a escuela pública e instituto público, tal y como hice yo misma. Y es un placer encontrarse en ella a grandes profesionales que están luchando día a día por sus alumnos, por la educación, por la enseñanza, a pesar de que este "régimen" de derechas les esté poniendo la zancadilla un día tras otro con todas las medidas y restricciones que se están haciendo de forma brutal y en progresión geométrica.
EliminarCreo en la escuela pública, y en la privada, pero la concertada me parece un abuso. El que quiera colegio privado que se ño pague!!!. Los fondos públicos deben ser eb su totalidad para mejorar la educación y enseñanza en lo `público'.
ResponderEliminarFuera los colegios concertados, que son hervidero de adoctrinadores nacionalcatolicistas, xenófobos vergonzantes y retrógrados...
Sres. la Educación con mayúsculas no tiene ideología, es un flujo de conocimientos desde el profesor al alumno, y este proceso no es ni mejor ni peor en una escuela pública que en una concertada. Yo estudié en una pública y mis hijos estudian o lo hicieron en una concertada, sus ideas son las que tienen y no precisamente las mismas que parecen imbuir a los "concertados", son agnósticos y liberales. Mis profesores de izquierdas en la pública marcaron mi formación, pero mi propio albedrío me hizo decantarme por el liberalismo agnóstico y republicano. En mi humilde opinión el Estado debe garantizar la libertad de elección de centro educativo, proveyendo los fondos necesarios y equitativamente distribuidos en función de su renta, para todos los alumnos. Abjuro de los modelos de educación única y alienante, tanto fascistoides como comunistoides. La exigencia de la excelencia en materia educativa es una competencia del Estado que NUNCA debiera ser abandonada o menospreciada. Significa ni más ni menos que nuestro futuro.
ResponderEliminarDisiento contigo humildemente. La Educación con mayúsculas o la educación, nunca es mala educación; si no es buena educación, ni siquiera es educación.
EliminarY por eso, no sólo es un "flujo de conocimientos desde el profesor al alumno". El flujo de conocimientos se da en la cultura de la sociedad en que nos integramos; si no somos capaces de integrar a los alumnos, colaborando con sus familias, más vale que nos olvidemos de conocimientos. La cultura es más que un trasiego de conocimientos. La "cultura general", ésa habilidad que nos permite sostener cualquier conversación, es declarativa; sirve para mantener la conversación. Pero la cultura es lo que nos impregna, por eso es mucho más que un flujo de conocimientos la educación. Los profes, y más hoy en día, podríamos considerarnos como gestores de conocimiento; el currículo es el mínimo, pero se amplía en cada jornada, con cada situación. Vivimos en una democracia, con todos sus errores, y arrastramos siglos de retraso cultural porque el conocimiento ha estado vedado para unos pocos. Nosotros, los profes, colaboramos para extender ese conocimiento (pensamiento compartido entre expertos) y sacar a la mayoría del ostracismo. Ningún progreso humano es progreso si no progreso de todos. Podrá parecerte un brindis al sol, pero así entiendo la misión perfectiva de la educación de la que hablaba Kant en su obra Pedagogía.
Un saludo, y gracias por tu opinión.
Pues en mi sincera opinión, si de verdad creéis que "Si sois profes, sois de izquierdas" (José Martín), o que "Si no eres de izquierdas no deberías ser profesor" (María Teacher), mucho me temo que sois vosotros los que no deberíais ser profesores: por vuestro sectarismo y vuestra incapacidad para intentar comprender a los demás y para respetar y alentar la diversidad. Y lo mismo pensaría del que diga que para ser profesor hay que ser de derechas, o cristiano, o heterosexual, o cualquier otra cosa. Precisamente ese sectarismo e intolerancia es lo que al final me ha llevado a separarme de la marea verde. A vosotros no puedo consideraros compañeros. Así de claro y así de triste.
ResponderEliminarHola. Respeto tu opinión y la comprendo, no la comparto, y nada me lleva a excluirte ni a considerarte bueno o mal docente. Ser de izquierdas no es ser excluyente, y, manifestarlo, tampoco lo es.
EliminarSi relees el texto, verás que efectivamente cualquier docente alienta la diversidad (o al menos, en lo que yo conozco), y esa es una actitud de izquierdas, porque se aleja de los estereotipos y modelos (o cánones) que han apresado la enseñanza tradicional. Ser de izquierdas es superar el currículo e ir más allá, sin discriminación (para todos), independientemente de sus ideas, de sus creencias, para lograr un entendimiento mutuo, no sólo para las élites.
Quizá hables desde tu experiencia, pero imagina la experiencia de generaciones y generaciones de millones de personas que han estado sometidas al rigor de unos pocos. Te recomiendo la lectura de esta reflexión:
http://misterioeducacionyciencia.blogspot.com.es/2013/05/la-etica-del-poderoso.html
Un saludo
Quizás no me consideres mal docente sólo por no ser de izquierdas, aunque es lo que parece deducirse de tu texto, pero desde luego la mayoría de los que opinan como tú si lo hacen: tienes el ejemplo en estos mismos comentarios del blog.
EliminarPero lo que sí te puedo afirmar es que SER DE IZQUIERDAS ES SER EXCLUYENTE. Lo puedo comprobar todos los días en el instituto y en las redes sociales y medios de comunicación varios de la marea verde. La izquierda (al menos en Educación) no alienta la diversidad: sólo permite una cierta diversidad que se encuadre en sus planteamientos y exigencias; cambia los estereotipos y modelos de la enseñanza tradicional por otros igual de rígidos y aún más agresivos. Y la izquierda discrimina de manera sectaria y a menudo agresiva cualquier cosa que no se ajuste a su ideología o que no provenga de ella.
No sé si llegará el día en el que la izquierda de este país aprenda a convencer en vez de imponer, a colaborar en vez de agredir, a dejar escuchar otras las opiniones e intentar comprender a qué se deben. Todavía le queda mucho a nuestra izquierda para llegar a entender lo que significa DEMOCRACIA, y el por qué al final la mayoría de la gente acaba dándoles la espalda.
Buenas noches.
ResponderEliminarEn primer lugar, quiero mostrar todo mi apoyo a mi compañero y amigo José Martín Cuesta. Doy fe de que, no solo es un gran profesional, además es una excelente persona.
El texto que aquí expones, Don José, me parece bastante acertado, aunque voy más por el camino que aquí comenta Verónica. No creo que el ser buen "profe" tenga que ver con ser de izquierdas o derechas, ateo o creyente, homosexual o heterosexual... qué más da? Si pretendemos hacer una escuela pública para todos/as, y no se excluye a ningún alumno por razón de sexo, raza, religión u otra característica física, psíquica y/o sensorial, los docentes también poseemos esa gran riqueza cultural y social.
Conozco a profes de distintas ideologías,creencias e incluso distintas orientaciones sexuales, y todos ellos son muy buenos profesionales y transmiten unos valores, conocimientos y experiencias etc. totalmente válidos y enriquecedores.
Escuela pública PARA TODOS !!
y al primer comentario, no me merece la pena ni dedicarle ni una sola palabra más.
Bueno, Javier, ya te tiraré de las orejas por sacarme los colores. Ya sabes lo tímido que soy.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMe ha encantado tu artículo, José Martín.
ResponderEliminarHe tenido el placer de ser la madre durante 13 años en un pequeño colegio, de una sola vía, en un barrio proletario, aunque muy cercano al centro. Un colegio de esos que muchos llaman despectivamente "la ONU", porque los pocos son los españoles hijos de españoles.
Dentro de un mes, me despido de él. Con lágrimas en los ojos. Allí mis hijos y los hijos de mis amigas han aprendido a convivir, a respetar, a conocer que hay algo más que Zaragoza, Aragón y España. Han aprendido que hay niños que vienen de muy lejos, niños que, muchas veces, vienen y van; aparecen y desaparecen, pues sus padres vienen a esta ciudad a probar fortuna y, tal vez, no les va bien, y vuelven a cambiar de ciudad o de pueblo.
Niños que han pasado por historias increíbles, como sus padres me han contado durante estos años. Niños cuyos padres tuvieron que dejar todas sus pertenencias en Uruguay, por no poder pagar el contenedor, y arribar a España con las manos vacías. Niños cuyos padres se vieron forzados a huir de Colombia por tener los padres negocio propio y ser constantemente amenazados y extorsionados por las guerrillas, los narcos y el ejército. Cuatro hermanos africanos, cuya madre fue violada y asesinada, y llegaron hasta aquí tras un largo peregrinaje, con su padre, con los bolsillos vacíos y el alma rota. Niños ecuatorianos que tienen a su papá y algunos hermanos en su país, y vinieron aquí con su mamá a probar suerte. Muchos de ellos han conseguido reunirse tras largos años de ausencias.
Niños maravillosos que, cuando vamos a contarles cuentos los papás y mamás, te acogen con esa infinita sonrisa; niños que aquí pueden ser niños, porque pueden jugar, porque pueden estudiar, porque los grandes maestros, excelentes profesionales la mayoría de ellos, que tiene este colegio les respeta y les comprende, y se adapta, con los nulos medios que el Gobierno de Aragón aporta, a sus circunstancias.
¡Niños! ¡Son niños! ¡Los niños tienen las mismas necesidades en todo el mundo: amor, comprensión, entendimiento! Me voy muy orgullosa de este colegio, de este colegio al que nadie quiere apuntar a sus hijos, porque ya hay otro colegio público a menos de 100 metros "con muy buena fama", y bastantes colegios concertados en un radio bastante pequeño. Me voy orgullosa de que mis hijos hayan estudiado junto a maestros como Arancha, la maestra de mi hijo Darío, que llegó el año pasado y ha revolucionado todo, consiguiendo, entre otras muchas cosas, y con la colaboración de muchísimos padres, levantar una biblioteca que estaba bastante abandonada, fomentar la lectura entre todos los alumnos del colegio, con sus clases de Animación a la Lectura y los numerosos actos que se organizan con escritores e ilustradores de cuentos de Zaragoza.
Me voy orgullosa, después de haber pasado hace años por el Consejo Escolar y el AMPA, de que el cole se queda en manos de una gente maravillosa en ambos lados, con muchísimas ganas de hacer cosas y luchar por este colegio, que cada día tiene menos alumnos. Este curso pasado, tan sólo 188 niños. Pero, precisamente por eso, SOMOS UNA FAMILIA. Una gran familia multicultural.
Un colegio donde los niños tienen al lado un parque y la comida se hace ahí. Un colegio donde todos los profesores conocen a todos los alumnos, donde todos los padres nos conocemos entre sí.
Un colegio a donde los niños van andando y cantando. UN COLEGIO FELIZ. Se llama Colegio Público San José de Calasanz, en Zaragoza. Un colegio público con 80 años de historia.
Estoy alucinada con la mayoria de los comentarios, ¡qué pasa! ¿ser docente significa ser de izquierdas a la fuerza?, ¿si no eres de izquierdas no puedes ser profesor/a?. Cuestiones un poco absurdas no creeis; y puestos a seguir con la linea del debate ¿que pasa entonces con los politicos del PSOE e IU que llevan a sus hijos a la concertada y a la privada? ¿esos de que ideología son? ¿de la del cambio chaquetero a conveniencia o de simango?. No digo nombres porque todo el mundo sabe quienes son (la mayoria). Asi que "profe de izquierdas", un poco más de sensatez y sentido común,porque el gremio de la docencia estamos hasta las narices de los llamados progres de izquierdas y sus lecciones ejemplarizantes de predicar con la verborrea y no con el ejemplo. Nos dedicamos a enseñar a nuestro alumnado con ilusión y dedicación a pesar de los muchísimos recortes y ataques que venimos sufriendo por parte de los gobiernos de taifas que tenemos, en mi caso el andaluz, que de nuevo vuelve (me refiero a la Junta de Andalucia)a quitarnos la extra de junio con tal de no quitarse el bipartito un centimo de su bollsillo ¿eso te parece justo?. Bueno sería que Sanchez Gordillo en este caso acompañado de los sindicalistas, volviese al atraco, pero en este caso a la Junta, sus políticos y Administración paralela (funcionarios digitales, y empiecen a ser congruentes entre lo que dicen y hacen. QUE DEN EJEMPLO DE HONESTIDAD Y POLITICA DE IZQUIERDAS EMPEZANDO POR ELLOS Y SU CASA.
ResponderEliminarSe me olvidaba preguntarte me aclarases la siguiente cuestión ¿Qué es ser docente de izquierdas y docente de derechas?, ¿sus estudios son diferentes para unos u otros?, ¿qué los diferencia?, ¿están hechos de otra pasta (me refiero a piel, no a dinerito.....
ResponderEliminarEstimado anónimo, en el mejor de los casos los diferencia lo mismo que diferencia a la "caridad" de la "justicia social".
ResponderEliminarJose,
ResponderEliminarpor un momento me llevaste atrás en el tiempo, cuando llevaba a mi hija al cole mientras ella se colgaba de mi bolso aun con ganas de dormir y se encontraba con muchos amiguit@s de 6o 7, a punto de perder un diente, verlos interactuar en varios idiomas era divertido, se entendían de maravilla; por un momento pude volver a entrar en el aula, oler las acuarelas pegadas en la pared, los colores vibrantes peleándose la escena con los rayos del sol sobre los pupitres de color verde, luego la sonrisa amable de la maestra al despedirse mientras yo me iba feliz de la vida sabiendo que mi nena estaba en un recinto donde estaba segura, protegida, estimulada y con alguien mas que me echaba una mano con las 15.000 preguntas diarias que tenía que responder. Gracias por el viaje al cole, uds. los profes son una extensión de nosotros los padres y madres y les debemos mucho. Un abrazo, Elsa.
Monica,me ha encantado tu comentario. Este año mi hija tambien ira a este colegio.
ResponderEliminarTras visitar muchos colegios publicos y para mi sorpresa,decidimos matricularle en este centro.
Se ajustaba completamente a nuestra forma de entender la Educación.
Los valores de respeto,tolerancia,solidaridad,participación activa y real,son los que quiero que reciba mi hija en casa y el centro. Y no una educación competitiva donde el objetivo es llegar a ser el mejor profesional aunque para ello tengas que pisar al otro.
Si los niños recibieran estos valores desaparecerian muchos problemas que afectan a nuestra sociedad. Porque la diferencia cultural es una riqueza en sí misma y no una fuente de conflicto.
Soy profesor, y soy de derechas. Quiero a mis alumnos, que los miro más allá de su piel, religión y sexo. Los quiero porque son seres humanos que llenan mi vida con su humanidad (buenos días y peores). Mi voto tiene valor porque está meditado, leído y reflexionado. Nunca me he dejado llevar ni por las consignas de unos, ni las consignas de otros. Trato de profundizar en las medidas adoptadas y algunas las considero progresistas y otras deficientes. En un país donde la Escuela Pública está marcada por una ideología determinada, y otra estigmatizada a partir de generalidades, es una escuela con Sustantivos y Adjetivos que variarán en función de quién posea la superioridad moral, pero no por ello la razón. A la razón, no se llega con cuatro mítines, sino a lo largo de mucha vida vivida. Amo la Escuela Pública, y a mis compañeros con los que convivo cada día. También amo el bilingüísmo por ser una posibilidad y no un fin segregador (aquí entra el buen profesor que enseña a volar, y no a cortar alas por considerar que pertenece a una determinada especie, o clase social). Amo a mis excompañeros de la escuela concertada PROFESORES, compañeros, personas que reaían con sus alumnos, ninguno brillante, y todos con la dificultad que entraña el aprender con esfuerzo y sacrificio. Y a aquel Jocelyn y su sonrisa, o a Mario José, y la clásica timidez y cortesía del peruano. Amo la escuela pública, la concertada, y a nuestra profesión por ser fuente de satisfación y de disgustos, de vida, de humanidad. Soy profesor de la pública y soy de derechas.
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