Durante
treinta y cinco años de Democracia, España ha estado gobernada por
personas que estudiaron con anterioridad a la LOGSE. La maltraída
LOGSE. Durante esos años, el país ha experimentado un progreso
social, cultural y económico. Y quizá político. Pero, realmente,
¿ese progreso se ha dado también en los últimos quince años?
Habrá
quienes -como yo- tengan serias dudas sobre el proceso constituyente
que nos trajo la llamada Transición, para otros, sin embargo,
modélica, e incluso exportable como modelo a otras democracias
recién creadas -o eso se ha escrito-. Empero, es raro encontrar
desacuerdos sobre lo siguiente: los políticos que gestionaron ese
tránsito durante los primeros años eran tipos honorables, en
general, con eso que llaman sentido de Estado, y gestores
capaces. Por supuesto, hay excepciones, salvando las afinidades de
cada cual.
Aquellos
políticos profesionales, no sé si con vocación o por cariño a su
país, unas veces acertada, otras desacertadamente, se encontraron
con una sociedad ilusionada, ávida de cambio, motivada.
Los
políticos profesionales que vienen medrando en los últimos quince
años, sin embargo, no cuentan con la misma aprobación. Esa
desaprobación, ya sea fruto de una percepción generalizada, ya sea
por hechos constatados, no sólo se debe a su inferior capacidad
gestora, a su falta de sentido de Estado o a su escasa honorabilidad.
También depende de quienes les desaprobamos (se supone que más
formados que nuestros padres), pero no del todo. Me explico, si así
fuera, también tendríamos potestad para desaprobar la acción de
sus predecesores, y, no obstante, apenas se cuestiona. De acuerdo con
que no es lo mismo hablar de Historia que hablar de presente, de lo
que se padece en carnes propias. Pero, es tan inmediata esa Historia,
tan causal de lo que nos pasa, que podríamos hacerlo. No, no van por
ahí los tiros.
No
es por las taras educativas o formativas de nuestros políticos
profesionales de ahora ni es por la mayor formación académica de
quienes optamos por votarlos o no. No es la educación, o no en su
aspecto formal.
Indro
Montanelli, en su célebre libro de la Historia de Roma, establecía
el declive romano al final del período republicano, cuando la
conquista de la Hélade insufló aún mayor pujanza en la
aculturación helénica, tan admirada por los itálicos. Lo que,
según Montanelli, conllevó el culto a las artes, en detrimento de
la cultura para bellum que hubo aupado a la República. Pero,
en esencia, describe una situación que se da cíclicamente antes de
cualquier cambio estructural: la ciudadanía se relaja; cuando se
producen acontecimientos importantes, no existe una conciencia social
determinada a actuar al unísono, no hay reacción, sino reacciones
lideradas por distintos reyes de Taifas.
Desde
mediados de los noventa, nuestra sociedad se ha vuelto más pasiva;
los políticos profesionales han contribuido a ello, pero nosotros,
los políticos de la calle, hemos contribuido también desde la
omisión de la ayuda... a nosotros mismos.
Y,
si no, ¿por qué está Twitter a reventar de mensajes contra el
Gobierno del Partido Popular después de la revelación de sus
cuentas, y, sin embargo, las calles permanecen vacías?
No
es educación, es falta de educación.
Educación para la Ciudadanía ya!!!!!!
ResponderEliminar¿Hubo aupado? El pretérito anterior sonaba antiguo ya en el siglo XIX.
ResponderEliminarYo no se donde vives o con quién te relacionas pero yo escucho esa forma verbal casi a diario...
EliminarYa te digo
EliminarAprovecho para poner este video sobre educación:
ResponderEliminarhttp://www.teledocumentales.com/el-fenomeno-finlandes/
Quizás aquellos primeros políticos "profesionales" no eran profesionales
ResponderEliminarDebo confesar que andaba desconcertada con este blog. Una vez hablaba de educación, otra vez hablaba de política, otra vez hablaba de matemáticas... Con esta entrada lo acabo de comperender. No sabes cuánto te agradezco que compartas esas ideas. Estoy totalmente de acuerdo, la sociedada está catatónica. Aquí explota una bomba y la mitad ni se enterean.
ResponderEliminarUna cosa, lo de políticvos profesionales lo comparto plenamente. Son profesionales porque se dedican a eso y cobran por eso. HAce 30, hace 20 años y ahora. Me gusta más que lo de "clase política"... Todos somos politicos.
Gracias por recordarlo.
Un saludo.