Olli
Rehn, el vicepresidente de la Comisión Europea lo tiene claro: la
solución del desempleo en España pasa por una reducción general de
salarios. Así lo ha manifestado en su blog personal. No es el único,
ni el primero; unos días antes, desde el FMI se apuntaba en la misma
dirección, entre otras medidas. Aunque, bueno, para ser precisos, el
FMI hacía la propuesta para reducir salarios en un 10%, por poner un
ejemplo (para hacer una simulación).
No voy a
discutir la propuesta de mentes tan preclaras, pero permitidme que os
plantee algunas cuestiones sobre ese número tan redondo, piedra
angular de nuestro sistema de numeración moderno: el diez, la base
de nuestro sistema decimal. No sé
si habéis observado que entre las dos manos solemos reunir hasta
diez dedos. Los más perspicaces habréis llegado a relacionar esa
característica morfológica de nuestro cuerpo con nuestro sistema
decimal. Porque, imaginaos que tuviéramos doce dedos. Vale, dejad de
imaginarlo y volved a la realidad: diez dedos es lo que solemos tener
entre ambas manos.
Sede del FMI en Washington DC |
El FMI
podría haber presentado una simulación en la que la reducción de
salarios fuera del seis, del ocho por ciento o, incluso, del uno por
ciento. Pero no, lo ha hecho poniendo un ejemplo con el diez por
ciento. Haberlo hecho con otro porcentaje mayor también hubiera sido
factible: un doce, un catorce o un treinta por ciento. Sospecho que
la razón por la que no ha presentado una simulación con una
reducción general de salarios superior al diez por ciento debe de
hallarse en su carácter prudente. Sí, lo creáis o no, los tipos
del FMI son prudentes; no pretenden causar pánico, todo lo que
pronostican, todo lo que proponen, suele buscar el consenso y el
acercamiento entre las gentes. Velan por todos nosotros.
Los más
quisquillosos os diréis que podrían haber anunciado una reducción
de un nueve coma ocho por ciento, o de un diez coma veintitrés.
Pero, disculpadme si soy más pejiguera, ¿quién entendería una
reducción de salarios con tantos decimales? Los trabajadores somos
estúpidos, no comprendemos esas cifras tan elaboradas. El FMI, en su
afán pedagógico, procura que sus recetas sean bien entendidas.
De
acuerdo, es sólo un ejemplo. Motivo por el cual, esta insigne
institución internacional se limita a establecer una barrera, la del
10%. Junto con otras medidas (las consabidas: rebaja de las
cotizaciones a la Seguridad Social, subida del IVA en los productos
con este impuesto reducido al general, recortes en sanidad y
educación).
Pareciera
que ese 10% fuera el extremo de la negociación que ya se empieza a
impulsar: primero con Olli Rehn, comisario de Asuntos Económicos y
Monetarios de la UE, y luego, con la extraña puntualización de la
propia UE, señalando la opinión de Rhen como algo que este escribe
en su blog, pero de lo que no parecen disentir desde Bruselas.
Superordenador chino Tianhe-1 |
Habida
cuenta de la infalibilidad de las hojas de cálculo y de quienes las
manejan, no nos queda más remedio que admitir la seriedad de estas
medidas. ¿O quizá sí hay alternativas?, como señalábamos más
arriba: ¿Cuál sería el escenario si en lugar de bajar un 10% los
salarios, se rebajaran un 15%? Los técnicos del FMI sólo tienen que
darle a la teclita y 'voila'. Quizá el resultado que les saliera
fuera no un enfriamiento de la economía, sino incluso una nueva
glaciación (que ríete tú de los ciclos de Milankovitch), y de ahí
que, velando por nuestros intereses (no los bancarios, claro),
concluyeran que el límite estaba en el 10%. Por el contrario, es
probable que cuando introdujeron una cifra inferior, pongamos un 4%
de rebaja salarial, no les saliera un crecimiento económico
suficiente para la generación de empleo. Seguro
que ha sido así. Además, como todo el mundo sabe, la economía sólo
son matemáticas y las variables son harto conocidas. Si hubiera más
variables ocultas, bastaría con llevarlo a un superordenador... Pero
quizá no sea necesario, cualquier ejecutivo de la Troika puede hacer
el cálculo desde su portátil.
Ahora
bien, todos imaginamos o suponemos que estos expertos habrán podido
teclear incrementos salariales y comprobar qué escenarios les daría
esa valiosísima herramienta. Pero, hemos de admitirlo, debieron de
ser escenarios muy similares a lo que quedara tras una hecatombe
nuclear. Claro, por eso descartaron el incremento salarial, una vez
más, pensando en nosotros.
Resumiendo:
el FMI sugiere una bajada salarial generalizada de hasta un 10% en
dos años. Y la pregunta que surge es: ¿Dónde se mueve la horquilla
de bajada salarial? ¿Entre el 1 y el 10%? ¿Entre el 2 y el 10%?...
Está claro, la hoja de cálculo nos deja ese margen de libertad para
que negociemos lo que ya nos han impuesto: una rebaja salarial.
¡Cagüendiez, qué corazón tan grande tienen que nos dejan negociar!
jajaja! Qué buena gente son los del FMI. Gracias por el post.
ResponderEliminar