Muchos
niños pueden llegar a ser crueles con otros niños. El camino hacia
la empatía no comienza al nacer, sino en el grupo social en el que
el niño se desarrolla. Hay niños con factores genéticos más
propensos hacia la impulsividad que otros, pero, dentro de lo normal,
nadie duda de que el entorno puede regular ese genotipo hacia un
comportamiento más o menos sociable. Señalaremos solo un aspecto de
la influencia de la publicidad infantil en la creación de
estereotipos machistas.
Pero, en
realidad, el desarrollo social que experimenta el niño desde que
nace ya está determinando en alto grado la adquisición de su
identidad sexual: la indumentaria, los colores, algunos juegos, el
lenguaje del adulto... Y todo ello, más allá de su genitalidad, y
condicionado por ella. Es en la familia donde se empiezan a fijar
esos patrones que el niño va integrando sobre todo por observación.
No
obstante, como digo, en el contacto con sus iguales mediante el
juego, esa identidad sexual irá afinándose en las distintas
situaciones y posibilidades que la actividad proporcione. Diversos
patrones de conducta empezarán a ser clasificados como de niño o
como de niña y, así, interiorizados o descartados por el menor.
Bien,
cuando no estamos presentes, y es en muchas ocasiones, los niños
pueden fijarse en modelos donde el respeto tampoco está presente.
Sin embargo, aunque no estemos en ese momento, cada uno de vosotros
sabría establecer unos límites claros dentro del respeto a los
demás, ¿verdad?
El
problema aparece cuando, por hache o por be, sale la preponderancia del
rol masculino sobre el femenino y suele ser con una demostración de
agresividad verbal o física. Rara vez escucharéis a una niña con
edad comprendida entre los 6 y los 12 años presumiendo de fuerza
física o lanzando palabrotas. Es el terreno en el que el menor de
esas edades se mueve cuando no es capaz de resolver un conflicto.
Aunque son conductas que se reprueban en cuanto se ven, ya sea niño
o sea niña quien actúe, las conductas de esta índole que no se ven
-pero son relatadas después- suelen ser mayoritariamente de niños y
no de niñas, y suelen conllevar abuso hacia quien "pierde" y es sometido.

Una
solución, que es la que se trata de poner en práctica siempre, es
la educación a los hijos, a los alumnos, en la resolución pacífica
de los conflictos. Pero sabréis que es un proceso que no se acaba.
Esa es la base, y el epicentro está en el binomio familia-escuela,
sin duda. Y supongo que a eso nos dedicamos todos (bueno, a veces se
oye a algún padre decirle a su hijo: “A ti, si te pegan, pega”,
en lugar de: “Plántale cara y dile que no se pega”, por
ejemplo). Para
ayudarnos a pensar sobre eso, conviene recordar la palabra
mágica: RESPETO.
Pero hay cuestiones más concretas sobre las que creo que podemos intervenir. Para ello, una
pregunta más concreta: ¿Por qué creéis que las conductas
agresivas de las niñas suelen ser menos frecuentes que las de los
niños? Quizá estas imágenes nos ayuden a pensarlo mejor:

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Del catálogo de juguetes de la campaña de Navidad 2013 de El Corte Inglés |

- Estereotipos masculinos: fuerza física, agresividad, imposición
- Estereotipos femeninos: sensibilidad, cariño, entrega
Y, al
contrario: ¿Por qué creéis que las conductas agresivas de las
niños suelen ser más frecuentes que las de las niñas? Quizá estas
imágenes nos ayuden a pensarlo mejor.
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Disfraces en el catálogo citado en las ilustraciones anteriores. |
- Estereotipos masculinos: fuerza y habilidades sobrehumanas,"somos lo buenos".
- Estereotipos femeninos: culto a la estética corporal, somos bellas y "podemos ser malas"
Si tenéis dudas sobre la pertinencia o no de los estereotipos, a ver si veis a algún niño haciendo labores domésticas en esta imagen:
No me
cabe duda de que son muchos los factores que contribuyen a las
conductas intimidatorias de los novios a sus parejas, incluso en edades tan tempranas, como, desgraciadamente, siguen mostrando diferentes estudios:
Espero que esta entrada nos ayude a repensar las decisiones que podemos tomar para que siempre exista RESPETO entre todos, y, en relación al tema propuesto, nunca más tenga que haber una mujer sometida ni un hombre que somete.
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Extraído de la campaña de Navidad 2013 de Toys R' Us (doble página) |
"Un 21% de los adolescentes españoles está de acuerdo con la afirmación de que los hombres no deben llorar. Uno de cada cinco cree que está bien que los chicos salgan con muchas chicas, pero no al revés. El 12,8% no considera maltrato amenazar —o recibir amenazas— en caso de que su pareja quiera romper la relación". Extraído de El País (20-XI-2013), Sexismo a golpe de WhatsAppSolo he tratado de señalar, dentro del ámbito educacional, una parte en la que como progenitores y tutores legales podemos hacer algo, dado que los códigos deontológicos sobre publicidad infantil se interpretan libremente o, directamente, caen en el olvido.
Espero que esta entrada nos ayude a repensar las decisiones que podemos tomar para que siempre exista RESPETO entre todos, y, en relación al tema propuesto, nunca más tenga que haber una mujer sometida ni un hombre que somete.
Felicito al autor por el enfoque sensato del artículo. Hasta el punto de reseñar lo reseñable. Esto es, que el estereotipo vende sin escrúpulos. Toda la exposición que hace sobre el desarrollo afectivo-sexual del niño/a (yo no voy a usar el genérico) es sencilla, eficaz y rigurosa. Situa perfectamente al lector hacia donde le quiere llevar.
ResponderEliminarMe encanta el blog, por cierto.
Enrique
Tenemos un problema con nuestra hija de 6 años. No suelta la moster high ni para comer. Siempre le han gustado las barriguitas que aun guardo de niña, pero desde este verano que se juntó con su prima no para. Su prima es 2 años mayor y claro tenia monster, tenía 2.
ResponderEliminarMi marido se la lleva a jugar a la pelota, que le encanta pero no suelta la muñeca. Creo es casi obsesion.
Y por eso creo que gran culpa la tienen esos folletos que pintan demasiado real a estas muñecas. Porque mi hija se fija mucho en la ropa de las niñas mayores y me dice "Mira mamá como la monter high" señakando los pantalones.
Me ha gustado el articulo. Dana
Todos mis colegas hemos jugado de niños a dispararnos con tirachimas, ballestas con goma etc. Ninguno de mis amigos de infancia es un asesino. Pero ninguno es capaz de planchar. Dudo que alguno recoja la cocina o la limpie. Mi mujer me espabiló desde el primer día y creo que nos apañamos bastante bien.
ResponderEliminarEl llamamiento del post me parece muy oportuno. Creo además que está escrito con mucho tino.
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