7 de diciembre de 2013

¿Vale todo en educación?


Quizá sigamos cada uno un patrón de acción para cada situación que se nos presente, quizá cada uno posea un patrón personal, a su medida. O puede que no: que haya determinados esquemas básicos tomados de otras personas, quienes han vivido situaciones, quizá similares, pero siempre diferentes a las nuestras. Si esto último es así, y parece que es así, ¿por qué lo hacemos? Y, más importante, ¿cada cual es consciente de que lo hace, de que toma modelos?



A lo mejor hay que entrar en la raíz de la cuestión: ¿Por qué tendemos a simplificar? Ya que es posible que sea esta característica de nuestra naturaleza la que nos invita a hablar de modelos, de patrones, de paradigmas, etc.. Si uno no entra en la reflexión de clases de equivalencia, dudo que alguna vez tienda a compararse con ninguna cosa o persona. Se me antoja que puede haber al menos dos tipos de razones (ya estoy clasificando): por nuestra extraordinaria estructura cerebral, por nuestra necesidad afectiva y relacional. En cualquier caso, algo parece claro: nos refiramos a un patrón o no, seguiremos actuando o, si no, la Naturaleza seguirá actuando. Entonces, según esto, parece que nuestra capacidad de relacionar (sea como fuere la relación: de equivalencia, de orden o de cualquier otro tipo) es una de las virtudes exclusivamente humanas.

Desde un enfoque racionalista, en determinadas ocasiones nos vemos forzados a justificar nuestras decisiones en virtud de otra persona que ya tomó decisiones en similares dirección y circunstancia. Unas veces lo hacemos por una demanda interna y otras, por requerimiento de terceras personas. Sin embargo, cuesta afirmar si las razones son realmente sólo racionales o si, además, pesa nuestra necesidad de seguridad. Como ejemplo puede servir este post: no tiene encargo, no rindo cuentas de lo que digo, sino que expreso una opinión con el único bagaje de mis vivencias; bien distinto sería si tuviera que presentarlo como ponencia a una comunidad de expertos, puesto que más tarde o más temprano debería apuntar alguna que otra cita bibliográfica. Esto es, algún modelo.


De alguna forma, entonces, nuestra acción necesita de algún modelo en la medida en que esa acción afecte en mayor o menor grado a otras personas y a mí. Cuando realizo acciones deliberadas, sólo necesito justificarme yo, no necesito aludir a ningún modelo. En todo caso, mi conciencia es guardiana de mis posibles confidencias íntimas. Por ejemplo: Si estoy desenvolviendo tornillos comprados en la ferretería, lo podré estar haciendo a la inversa de como los ha envuelto el ferretero o bien podré estar rompiendo el manoseado papel de periódico que los envuelve; sólo quiero armar una estantería, ¿qué más da? Ahora bien, si a resultas de haber roto el papel, mi ayudante me increpa diciéndome: “Pero, ¡hombre!, que quería leer el reportaje del Atleti”, entonces tendré que buscar un modelo de respuesta. Y puede que no la encontrara... ¡Todo por no desenvolver a la inversa de cómo envolvió el ferretero! No es para tanto, se trata de una situación muy exagerada, pero que sirve para ilustrar por qué muchas veces, para evitar riesgos de inseguridad sobre todo, solemos fijarnos en lo que hicieron otras personas. Desde luego, si estoy solo, rompo el papel sin más y a otra cosa.

Otras personas, ese es el quid. No estamos solos casi nunca.

Por eso en Educación, donde no trabajamos con tornillos generalmente, debemos siempre explicitar modelos. No sólo en las manidas justificaciones de las unidades didácticas, sino también en: las discusiones de claustro, las clases, las tutorías, etc.


Albert Bandura
Claro, resultaría pedante interpelar a un progenitor con el modelo de profesorado sociocrítico, pero en nuestra charla sí haríamos referencias comprensibles sobre algunos aspectos característicos de ese modelo. Y en nuestra cabeza estaría latente el concepto sociocrítico, entre quizá muchos otros. De este postulado, sin embargo, no debe surgir lo que a mi juicio es un sofisma: “en Educación vale todo mientras se justifique”.
Dios, o lo que sea, me libre de caer en verdades absolutas, pero hay caminos que en Educación me parecen muy cuestionables. Por mencionar alguno: ¿Podemos (como derecho, no como capacidad) educar en el odio y la destrucción de otras personas? Hitler lo justificaba muy bien, ¡menudo modelo! Como decía un profesor de Magisterio: “No hay mala educación: o es buena o no es educación”, a lo que le rebatía argumentándole: “Un cuchillo que corta mal no deja de ser cuchillo aunque haga mal su función, entre otras cosas porque puede servir para untar”, recordando y adaptando a otro profesor de Filosofía -¡vaya!, acabo de citar dos modelos-. Lo que quiero decir es que a aquel profesor de Magisterio no le faltaba algo de razón: una educación con valores perjudiciales para otras personas no sé si merece el nombre de Educación.


Luego, los modelos educativos, ya sean referentes al profesorado, como paradigmas epistemológicos o como lo que sea, han de ser revisados antes de ser tomados. De nada sirve tomarlos sin más. ¿Cuántas veces hemos oído la cantinela de “como dice Piaget...” sin ni siquiera escuchar alguna pega sobre eso que dice Piaget? Pero si ni siquiera somos capaces de explicar por qué se derrite la nieve con la sal... ¿Cómo vamos a dar por válido cualquier modelo educativo que se nos presente? La realidad educativa es un mosaico de piezas casi infinitesimales que no siguen un único patrón. Cada vez sabremos más y poco a poco, ese más nos irá diciendo: “cada vez sabemos menos”. Pero, créanme, esto es lo que buscamos: nuestra libertad.


9 comentarios:

  1. Interesantísima reflexión

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  2. Vaya puta mierda de blog... dedícate a otra cosa, anda.

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  3. venga chaval, vete pa tu casa y aprende a escribir

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  4. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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    1. Apenas dedico tiempo para responder los comentarios. Nunca he borrado un comentario. Creo que siempre aportan algo interesante. Dejo los comentarios tal cual.

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  5. Yo discrepo con todos estos trolls de arriba: la forma es reslmente buena, casi brillante. Ahora, dónde esta el fondo?

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  6. Que poquito nos gustan las cosas cuando no las entendemos...la reflexion es buena e interesante a mi parecer. Y "cosas que suenan más científicas o a más sabio"?? Amigos, la pedagogía (como la psicólogia o medicina) también tiene su terminología y mucha...Además en este caso es acertado su uso. Recordad el blog en el que estamos. Primero entender y luego criticar...pero si además se es despectivo...ni entendiendo.

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  7. Yo sí moderó comentarios,cada uno q piense lo q quiera,pero lo q se dice en MI casa lo reguló yo. Que escriban un vlog ellos y se expliquen allí

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    1. Gracias, Javi. Y que no salga de aquí (de mi casa) ;-)

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