Obsérvese
que para este modelo pedagógico no he utilizado la palabra
aprendizaje. Retomando lo expuesto en la introducción, el
aprendizaje lo realiza el alumno (el discente) y para esta entrada
nos estamos refiriendo a otra persona distinta. Una persona que
“vela” por el aprendizaje del alumno. Como anuncié, veremos ya
algunas connotaciones sobre el modelo de persona y de educación, por
tanto.
Para
explicar este modelo, partiremos de la introducción etimológica que
hace Martínez-Otero (2003) para explicar el origen del término
“pedagogía”:
«Se
deriva de paidos,
niño, y agein,
guiar, conducir. El pedagogo en Grecia era el esclavo o liberto que
llevaba al niño a la palestra, gimnasio o escuela. La palabra
adquirió después un sentido figurado y permitió referirse a la
conducción espiritual. Esta acepción fue utilizada, entre otros,
por Homero, Eurípides y Clemente de Alejandría, quien llama a
Jesucristo “Pedagogo de la humanidad”. El vocablo, pues,
evolucionó desde el inicial significado de “guía físico” al
ulterior de preceptor»1.
Por
tanto, originariamente ya se concibe al preceptor como a un
supervisor de la instrucción del alumno. Sin embargo, el Diccionario
de la Real Academia de la Lengua Española define preceptor como:
«Persona
que enseña».
O
bien como:
«Persona
que enseñaba gramática latina».
Y
nos encontramos, entonces, con la identificación de preceptor con
docente. Lo que se complementa con el vocablo primitivo de
“precepto”, como mandato u orden del superior al inferior, según
el DRAE también.
Podemos
sintetizar que tradicionalmente este modelo tiene las siguientes
características:
- El preceptor decide el modelo de persona
- El preceptor modela a un alumno a su cargo
- Para lo cual selecciona los contenidos y objetivos de aprendizaje del pupilo. El preceptor establece el currículum
- El preceptor vela por que su modelo se cumpla, la evaluación consiste en la supervisión del proceso educativo
- El aprendizaje está ligado a una educación integral y es eminentemente personalizado; aunque se valoren también las circunstancias sociales del alumno, estas se centran más en el entorno familiar de este.
- Esta personalización del acto educativo exige mayor esfuerzo de quienes en última instancia optan por este modelo, lo que se traduce en que han de disponer de buena capacidad financiera.
Sin
embargo, a lo largo de la Historia la figura del preceptor ha ido
transformándose para pasar de la prescripción a una suerte de
orientación, pero preponderantemente con criterios externos al
alumno (por parte de la familia o del centro de estudios). Aun con
todo, en los últimos tiempos se ha suavizado aún más:
«Un
proceso de diseño constructivista debe preocuparse de diseñar
ambientes de aprendizaje que apoyen la construcción de conocimiento
y que proporcionen a los alumnos, "un significativo y auténtico
contexto para aprender y usar el conocimiento que ellos construyan"
y "la colaboración entre los alumnos y el profesor, quien
es más un preceptor o mentor
que un proveedor de
conocimiento"»2.
Lo
cual
tendría más zonas en común con otros modelos que veremos más
adelante. Pero que, a
pesar de todo, sigue
siendo un modelo restringido especialmente
a la escuela privada o
a estamentos de educación superior, especialmente en algunas
universidades anglosajonas de prestigio. En estas últimas la función
de la preceptoría es claramente orientadora, asumiendo la madurez
del estudiante universitario para afrontar sus propios retos. En ese
sentido, se suele destacar la enseñanza individual, que no
individualizada. Deberíamos
dejar clara la distinción entre la expresión enseñanza
individual y
enseñanza
individualizada,
como señala Moraleda (en Beltrán y otros (1987)):
«La
expresión individual se aplica a los programas educativos en los que
el profesor se preocupa exclusivamente de un alumno pero en los que
poco se individualiza, salvo la atención particular al mismo.
Mientras que la designación de enseñanza individualizada se refiere
a los programas en los que varía tanto el método y los materiales
de enseñanza como el currículo o contenido académico que debe
aprenderse, de acuerdo a los intereses, aptitudes, necesidades y
estilos de aprendizaje particular de cada alumno»3.
1 Martínez-Otero, V. (2003): Teoría y práctica de la educación. Madrid, CCS
2 Jonassen, D.H. (1994): Thinking Technology. Toward a Constructivist Design Model. USA, Education Technology
3 Beltrán, J.; García-Alcañiz, E.; Moraleda, M.; G. Calleja, F.; Santiuste, V. (1987): Psicología de la educación. Madrid, Eudema
Quiero más.
ResponderEliminarBien traido.
De poco sirve enseñar si la educación es pobre:
ResponderEliminarhttp://avanceintermitente.com/2014/03/06/ahora-se-ensena-a-escribir-mal-en-el-colegio/