Apelo
a sus conciencias, señores dirigentes: cargos de la Administración
o de los consejos de administración de las empresas adjudicatarias
de nuestros servicios de Salud Pública.
No
importa que sea Navidad, cualquier día del año es el mejor para
realizar una buena acción, aunque para los servicios imprescindibles
como el que se presta para la salud de las personas las acciones de
la Bolsa son inversamente proporcionales a la calidad del servicio
prestado. Aunque, eso sí, sí pueden venderse como caridad. Pero
eso es otra cosa.
Les
conmino a que hagan una buena acción: desistan de sus planes “de
externalización”, desistan de sus planes de ganar más dinero en
detrimento de la salud de las personas que les saludamos por la
calle, que compartimos sus miedos y sus esperanzas, que les podemos
ayudar cuando se sienten afligidos... Cuenten con nosotros para vivir
en un mundo real, con sus penas y sus alegrías, inmersos en
sabiduría y bondad humanas. Acuérdense de sus principios, de
aquellos que les hacen sonreír y disfrutar de las personas de bien.
Confíen en la naturaleza humana, crean en el bienestar de su
comunidad, creen con nosotros un Estado del bienestar, crean en ello
sin lucrarse por estos medios.
Su
calidad es su calidez para la mayoría de nosotros, no nos abandonen
por unos cuantos millones de euros. Sabemos que pueden hacerlo, aún
están a tiempo.
No
se dejen corromper por lo material, no traten de engañarse
creyéndose el miedo por un futuro peor. Puesto que gran parte del
futuro de todos nosotros está en sus manos. Saben que un componente
de la felicidad está en sentirse bien con quienes les rodean, en la
reciprocidad de la generosidad. No es caridad, ni tiene por qué ser
Navidad, es la senda de nuestra especie: mejorarnos entre nosotros.
Saben
que la mayoría de las personas somos gente de bien, que intentamos
serlo cada día. A veces nos dejamos tentar por lo fácil, pero no
tratamos de aprovecharnos casi nunca; no robamos medicamentos, no
vamos al médico sin causa justificada, no queremos caer enfermos...
Lo saben, confíen en nosotros, porque nosotros, en democracia,
confiamos en ustedes, los que les votaron y los que no, los que
estarán de acuerdo con los fines de las empresas privadas de salud y
los que no.
Háganse
ese regalo y luchen por nosotros. Hagámonos ese favor.
Tendrán que visitarles los tres espíritus durante la noche a ver si cambian de actitud.
ResponderEliminar¡Ojalá bastara con eso!
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